domingo, 31 de octubre de 2010

Nada se pierde, todo se transforma...

     Tuve una noche de aquellas! Aunque teóricamente Halloween es hoy 31 de Octubre, se celebraba ayer, sábado. Estaba invitada a una fiesta en la casa de una amiga. Ella tiene un grupo de gente muy lindo, pero la mayoría son casados o parejas. Yo, la eterna soltera, quería ir a algún lugar en donde pudiera conocer gente. Gente soltera.

Pero no podía fallarle a mi amiga así que me disfracé de diablita y fui igual. No sin antes elucubrar un plan “B”. Si la fiesta estaba aburrida y desprovista de solteros, que era lo más probable, tenía planeado encontrarme con unas amigas en un Night Club en Boston. A todo esto, ya había sufrido dos plantones de mi adorado amigo Agustín este fin de semana. Uno el viernes, que teníamos planeado ir a comer, porque el quería chatear con la novia, con la que chatea todos los días por un mínimo de tres horas... Y otro ayer mismo para ir a esta fiesta de disfraces. Yo estaba en camino a su casa, para llevarlo y me llama a cancelar! Pero como ya había llorado de bronca por ese tema el día anterior, decidí no permitir que eso me arruinara el día otra vez.

   La fiesta estuvo re linda! Mi amiga había decorado todo como una casa embrujada, ella que está embarazada de 7 meses se disfrazo de monja!  El marido de Rabino!  Había una pareja que eran Cleopatra y Julio César, otra que eran un cafiolo y Mini Mouse, uno que pretendía ser Tom Cruise en Top Gun, una banana, una pareja de roqueros, un cura, una indiecita, en fin de todo un poco. Y otra, que se ganó el premio al mejor disfraz, era Frida Calo. Estaba tan bien hecho el atuendo y el maquillaje que nadie tenía que preguntarle, de que te disfrazaste. Una genialidad! Pero la música no era buena, y no había ambiente de joda para nada. Más que una fiesta parecía un velorio de disfraces. Muy aburrido. A las 10:30, con mi segunda frustración sobre los hombros, me despedí de los anfitriones y partí a “mejor puerto”, o por lo menos eso creía yo!

   Pero, como no hay dos sin tres, cuando llego al auto me encuentro con un mensaje en el teléfono de mis amigas avisando que se les había hecho tarde y que no iban a llegar! Yo ya no podía volver a la fiesta, entonces decidí, ser valiente e ir a bailar sola…
Recuento: Plantón, aburrimiento, plantón! Pero la noche es joven! Me dije y seguí mi camino hacia Boston.

   En el lugar había una cola de una cuadra para entrar. Inmediatamente cambié mis planes y partí para el “B”. Ahí es más fácil para mí llegar sola. Me llevó una hora salir de ese boliche en donde, con tanta buena suerte, había encontrado estacionamiento en la puerta. Tenía hambre, ganas de tomar algo, de conocer gente y divertirme. Y a pesar de que ya eran cinco los bajones de la noche de brujas, (plantón, aburrimiento, planto, lugar lleno, tráfico) otra vez me dije, esto no me va a arruinar la noche. El “B” es uno de los pocos lugares que sirven comida en la barra hasta la una de la mañana, eso lo hacia el lugar perfecto para ir. Encontré estacionamiento en un parquímetro en la misma cuadra del “B”. Cosa difícil de hallar un sábado a la noche en Boston. Otra vez me sentí con buena suerte! Igualmente estaba en mis planes usar el valet parking si esto no ocurría. Pero como yo siempre digo, que tengo facilidad para encontrar parking, siempre lo encuentro!  Lo cual, me di cuenta más tarde, no siempre significa, tener buena suerte. Pero, como hasta el momento, los dos espacios que encontré para estacionar casi en la puerta de donde iba eran lo único bueno que me había pasado en toda la noche, decidí que todavía eran buenas razones para sentirme una chica con suerte. 

   Llegué, saludé a los de seguridad de beso y abrazo, colgué mi campera en la percha de siempre, y encaré para la barra segura de encontrar en donde sentarme. Y así fue. A mi derecha había dos chicos con los que enseguida entablé conversación. También le mandé un texto a Sam el “Estoy pensando en vos sexy! ;)” se acuerdan? A ver si estaba por ahí. No estaba, pero amablemente me invitó a dormir a su casa… Yo les mostraba los textos a mis dos amigos nuevos, Joe y Dan, y nos reíamos. Les dije que contestaran ellos lo que les pareciera correcto. Le contestaron desde mi teléfono, que si que iba en un rato.  Después de todo (plantón, aburrimiento, plantón de nuevo, lugar lleno, trafico pesado) mantener la mente en positivo me estaba ayudando y aún parecía que había esperanzas de terminar bien la noche.

   Cuando terminé de comer y me decidí a irme fui a buscar mi campera a la percha de siempre y no estaba allí. Yo, optimista incurable, creí que pronto alguien iba a aparecer diciendo, sorry me equivoque de campera y listo, pero no fue así. Y aunque era mi campera favorita, eso no fue lo peor de la noche, ya que en el bolsillo estaban todas mi llaves.
  
   Entonces, ahí estaba yo, sin amigos, sin haber bailado en toda la noche de Halloween, sin mi abrigo, sin las llaves de mi auto, ni siquiera las de mi casa y con la única esperanza de diversión desvaneciéndose en frente de mí… Pero no! Se me prendió la lamparita: Si Sam me esta esperando para que vaya a dormir con el! Era fácil, era cuestión de pedirle que me fuera a buscar y al día siguiente vería qué hacer con el auto. Entonces le mandé un texto explicando la situación. No me lo contestó! Esperé un rato y mandé otro dándole el beneficio de la duda, estará dormido, pensé. Cuando no contestó a ninguno de los otros tres subsiguientes textos me di por vencida. La pregunta del millón es; que hubiera pasado si mi texto decía “Estoy llegando a tu casa sexy!”? Estoy tan harta de siempre pensar bien, de siempre justificar a la gente que me caga, de ser tan optimista al pedo! Estoy segura que si mi texto hubiera sido anunciándome en su puerta a darle una noche de pasión desenfrenada el hijo de puta hubiera dicho; “Bajo a abrirte baby! ;)”

Después tuve que espera a que cerraran para seguir buscando inútilmente mi campera, con las luces prendidas. A las 2:45 tomé un taxi y me vine a casa. El chiste me salió 70 dólares y tuve que despertar a mi madre para pasar a buscar una llave de mi casa para poder entrar. En resumen; plantón, aburrimiento, plantón, lugar lleno, tráfico, campera robada, llaves perdidas, plantón numero tres, espera, taxi… Cuando por fin llegué a casa me sentí bien. Pensé que podría haber sido peor, siempre puede ser peor. No quise aferrarme a ideas negativas como “Qué hubiera pasado si… me volvía a mi casa directamente desde la fiesta o, después del boliche lleno o, si hubiera usado el valet parking preservando así las llaves de mi auto al menos o, si el boludo de Sam me hubiera contestado el último texto… solamente quería estar en paz y disfrutar de estar en casa, sana y salva. Y fue entonces cuando el premio al optimismo se hizo presente: José, el macho latino, se acuerdan de “Ups! I did it again!”? me mandó un texto. Era un bootie call, o lo que vulgarmente diríamos, cuando alguien te llama para coger. A esa hora, casi las cuatro de la madrugada, no pedía ser otra cosa que un bootie call! O como a mi me gusta llamarlo la recompensa a mi esfuerzo por mantenerme positiva frente a todo, “casi” todo el tiempo.

   La última ironía de la larga noche fue que él venia de otro boliche en Boston, a cinco minutos del “B”. Y! Que se le va a hacer?  Una mala noche la tiene cualquiera. Lo importante es no revolcarse en el barro de la mala onda y salir da ahí lo antes posible. Ah y lo primordial es APRENDER! Por eso digo que nada se pierde, todo se transforma, porque toda esta mala experiencia tiene que haberme enseñado algo. De una manera u otra se va a transformar en un aprendizaje.

Si querés saber que aprendí esta maléfica noche, andá a mi próxima entrada.     
  

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